lunes, 11 de noviembre de 2013

Como funciona el procedimiento de desahucio

La situación hipotecaria que viven miles de familias y sus problemas económicos está haciendo que se disparen el número de desahucios.

Los abogados pretenden facilitar soluciones eficaces a las familias afectadas, siempre bajo los principios de eficacia, empatía, calidad y transparencia.

Durante los años de ejercicio de cualquier abogado, hay un sinfín de problemas de índole jurídica que se ocasionan en el devenir de la vida diaria de las personas.  Cada problema requiere un enfoque, un tratamiento, un estudio y una propuesta de viabilidad.

En los desahucios, la gran mayoría de las familias no saben cómo funciona el procedimiento y la forma de evitarlo, por lo tanto, vamos a explicar las etapas de un desahucio:

Primera etapa: se inicia con la demanda, la entidad financiera toma la iniciativa de reclamar judicialmente el cobro. Se le notifica la demanda al deudor en el domicilio indicado y tiene dos opciones: que pague con un plazo previsto en la demanda o que se oponga a la misma. Si no efectúa ninguna de estas dos se pasa a la siguiente etapa de desahucio, a la fase de ejecución propiamente dicha.

Segunda etapa: el proceso se centra en la subasta de la vivienda. El banco pide al Registro de la Propiedad un certificado de cargas y el inmueble sale a subasta. El valor de la misma se desprende de la tasación efectuada para conceder el préstamo. Esta subasta puede ser pública o privada. El deudor puede pagar las cuotas antes de que se subaste. El día de la subasta, la mejor puja se queda la propiedad. Si no existe puja alguna, el banco se la puede quedar por el 50 o el 60% del valor de la tasación (dependiendo de si se trata de una vivienda habitual o no).

Tercera y última etapa del proceso: lanzamiento judicial. Una vez efectuado el cambio de nombre de la titularidad, el deudor deja de ser el propietario y se le da un plazo para que abandone la vivienda. Si no lo hace, los funcionarios judiciales pueden pedir auxilio a la Policía para llevar a cabo el desalojo.

La mejor carta de presentación de un abogado generalista, independientemente del caso que gestione, es la capacidad y la calidad de trabajo. Se pretenden recuperar los principios de autenticidad, honestidad, cercanía, sinergia y colaboración interpersonal.

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